Los
jazmines
Sí, está
ya, la primavera y se cubrió el jardín de jazmines y de pájaros en el bebedero.
Sí, como todos los años, es infaltable este perfume aquí, donde estoy desayunando
junto al ventanal, hoy me despertaron los trinos de los pájaros en la ventana
del cuarto, apenas se estaba yendo la noche, fui a tomar un café y ese perfume
trae recuerdos ya viejos, pero no ausentes, sí, es como si el tiempo no hubiese
pasado, pero hoy son otras cosas quizás las que se plantan y me preguntan, la
misma escena y distintos personajes, todo un aprendizaje la vida. Hoy también
se enfrío el café, como en aquel primer poema: “Jazmines y Café”
No hay un
cenicero con la colilla mordida, casi se borra la imagen tuya prendiéndolo,
el
perfume de tu piel en mis manos se esfumó, como el sabor de los besos guardados
en mi boca, no hubo contrato entre nosotros, el equivalente era perfecto o
quizás aún lo es
y por eso
esta soledad nos muerde el alma a los dos por igual, lejos y solos.
Hoy estoy
leyendo mis libros, cuántas poesías, bueno son las cartas de amor que estarán
guardadas entre estas páginas, que con el tiempo se volverán amarillentas, como
las hojas de otoño, que arrastra el viento, quién sabe hasta donde las lleve y
serán olvido.
Me estoy
riendo con un libro, “Corazón de Poeta” recordando una estupidez muy grande,
claro hay razón, se hace contrato para todo, una casa, un prematrimonial por el
dinero, en un divorcio, a ver con quién estará más con los hijos y quién se
lleva una o otra cosa, claro recordé esto, porque yo me río de los contratos.
Alguien me llamó “cabrita loca” y sí, mi madre y mi padre tenían un contrato,
un divorcio y dos adolescentes mi hermano de 13 años y yo de 15, ya a esa edad,
entre abogados y tribunales, retirando documentos y ahí supe que un contrato es
nada, basura, estupidez; dos personas mayores, eran niños en una lucha
desigual, esa noche los liberé del contrato sobre mi persona y, me fui. Creo
que fue mi primer acierto, soy una cabrita dura, pero con palabra de honor.
¡Uf! no necesito contratos, una cosa se mezcla con otra cuando uno se mete
dentro del alma y son películas que pasan delante de mí.
Segundo
contrato, un matrimonio, para toda la vida dijo la jueza del registro civil y
realmente sonaba como una condena a muerte, como la compra de un animal que
domésticamente complacería a un esposo ¿Con cuál derecho una persona tiene un
contrato sobre uno? bueno creo que hice lo posible por una vida tranquila y
llena de ternura, duró 16 años el contrato, compartiendo trabajos, hijos y una
lucha de igual a igual, que aún separados continúa sin contrato, libre muy
libre, con la condición del respeto; porque los hijos no son un contrato, son
mi amor, mi vida y, padre es uno sólo
eso jamás
se discutió.
Dios mío
cuantas cosas se amontonan en pocos momentos, el cerebro es un receptor de toda
una vida, sólo hay que buscar y ahí están. Sí, escribí un libro de poesías
hermosas, llenas de ternura y amor, en respuesta a poesías que mi amigo me
escribía, que ocurrencia de mi amigo, hacer un contrato de no enamorarnos, Cabrón
sin remedio, un contrato a mí, justo a mí, jamás sabré sus sentimientos, pero
sé los míos y eso es suficiente, escribir es hermoso cuando uno se enamora de
verdad, de lo contrario no sería real lo que escribo y no sería yo, creo que un
día escribiré una poesía con mi propia sangre y sé que lo haré. Bueno mi amigo
por pocos días rompió el contrato, pero quedó en la nada, yo feliz con nuestro
libro, está lleno de horas bonitas y palabras sinceras al menos de mi parte,
algo más para guardar.
La vida
la recorro con sus riesgos, creo que es la única manera de vivir, sin miedos y
sin mentiras, eso nos hace libres y puros de alma.
Las
tristezas las voy guardando en una mochila, tampoco hay que descartarlas,
porque de ellas aprendí a reconocer las alegrías, es imposible desviar los
caminos asignados para nosotros, seguramente eso es lo que me ayudó a encontrar
la paz y entender a los demás, que no es fácil pero yo siempre lo consigo.
Uy, es
casi media mañana ya, voy a tomar otro café y estoy nerviosa, acabo de terminar
un libro, “Argentina - México, Trovas de Amor”, con un escritor mexicano. Creo
que nada detiene mi pluma, hay muchos que quieren escribir conmigo, no sé
porque será, ayer le dije a un amigo mexicano, escribiremos pero con un
contrato, yo misma no podía creer lo que le decía, un contrato ¡Por favor que
estupidez la mía! fue una broma, quería saber su respuesta y que maravilla,
saben lo que contestó: no puedo escribir si no siento algo por ti. Los dos
pensamos igual o casualidad, quizás es momentáneo, un sentimiento que al pasar
los días es muy lindo, una amistad plena, cómplice de las horas de soledad.
Hoy con
el perfume de los jazmines y un café frío en mi mesa, decidí un viaje y la vida
me lleva a otro rumbo, México me espera con los brazos abiertos y voy hacia él,
a presentar mi libro, escribir es lo que anida en mi alma, no sé si bien o mal,
sólo escribo con las vísceras y amor verdadero, lo demás ya cicatrizará con el
tiempo, estoy segura.
También
hoy comprobé algo muy importante, nada me ata y no soy mujer de contratos, si
te digo “te amo”, será una verdad, si te digo “ya no te amo”, será una verdad,
mi libertad nació conmigo y morirá conmigo.
Ah, el
amor, quizás algún día lo encuentre, o tal vez nunca, será el destino quizás.
Alicia M.
Moreno
1409/2012
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