sábado, 27 de octubre de 2012

EL FIN DEL MUNDO






El fin del mundo

Un sur maravilloso, viento, sol, montaña, cielo, hielo, una ruta que me lleva y yo me dejo llevar, música en la camioneta, risas de vez en cuando, silencios profundos a veces, un camino que me lleva al fin del mundo.
Y el alma se eleva y vuela entre las nubes, se confunde cual ave de alas quebradas y el corazón en soledad duele tanto, tanto, quisiera decir tu nombre y me respondas y no, no estás en ninguna parte, por más que te busco en cada átomo de mi memoria, sólo hay silencio y letras sueltas, que ya no dicen nada.
El fin del mundo, ahí quedó lo que en muchos años fue amor y hoy es un frío recuerdo, mis ojos seguían buscando el infinito del horizonte en el océano, ese océano que verá morir mi último poema de amor.
Sin darme cuenta, te llevo conmigo siempre, tal vez sea la última vez que quiera de verdad, no lo sé, hoy sólo sé, que aún te extraño, es parte de mi estupidez.

Alicia M. Moreno
Derechos Reservados
28/10/2012

martes, 2 de octubre de 2012

"La Vida Y un Instante"


La vida y un instante


Creo que esperaba ese tren, el que traía mis sueños, tanto esperé que volé entre la bruma de los silencios de esa estación vacía. El eco de las voces, quedaba aferrado a las paredes del pasado entre ladrillos húmedos y fríos, de las llegadas y despedidas, de nuestra vida. No sé cuando fue, que comencé a esperar ese tren que traía mis sueños, quizás se detuvo en alguna estación y yo me quedé esperando, tantas horas, tantos días, tantos años; cuando me dí cuenta volví a esa niña, que aferrada a su maleta, esperaba el tren de la esperanza. Ya no era, ni la joven, ni tan bella y sólo estaba la niña, acompañada de su muñeca y esa maleta, que llevaba las migajas de un sueño, con hambre de amor. Ni a lo lejos se escucha un silbato, el tren no vendrá, creo que ya pasó el último, tal vez mi reloj no marcó la hora justa, para poder alcanzarlo y se perdió en la bruma. Sólo sé que mis ojos arrasados de llanto y el grito de mi niña interior, nadie lo escuchó. 
Grité su nombre, pero no regresó, la vi perderse en la bruma de la vieja estación, con su pequeña maleta de sueños rotos, caminando muy lento, cargando la resignación 
en sus hombros y un llanto que ahoga su garganta, no se dio vuelta, tal vez no quiso 
una mentira, ya sabía que esas vías no llevan a ninguna parte, en su vida no pasará 
el tren. 
Quizás equivocó la hora, el lugar y esperó donde ya no existía la ilusión y el amor, 
donde sólo estaba la soledad con su sombra macabra y le mordió el alma. 
¿No hay otros pasajeros? ¿Qué tren se llevó mis sueños? 
¿Dónde está el amor?, ¿Qué tren tomó?, ¿¡Dónde estaba yo!? 
¿Nadie me espera? ¿Nadie?. 


Alicia M. Moreno
 Derechos Reservados 
02/10/2012


domingo, 23 de septiembre de 2012

"PINTANDO"






Pintando

Comencé la tarde preparando una paleta de colores, brillantes y sugerentes, tú te entretenías muy callado, entre el blanco, negro y gris, de la torre; yo pintaba unos inocentes duraznos, que se sumaban uno a uno con colores que hicieron vibrar varias veces, el latido de mi pulso, que se aceleraba más mirando tu espalda, mi imaginación
te vio reflejado en esa pared, las luces y las sombras, hacían de tu figura, una esfinge escultural digna de lujuria.
Me miraste y yo suspendida en un pensamiento, que alentaba mis neuronas sólo pregunté ¿Qué pasa?  Me desnudaste lentamente besándome el cuello y la espalda. ¿Quieres qué te pinte desnuda? Tu pregunta fue escalofrío en mi piel, me  recosté de espaldas a ti, píntame te dije, con la voz entrecortada, tus manos temblaban, mientras delineabas mi figura en el lienzo, el pincel húmedo cargado de pintura, lo deslizaste sobre mis pechos y con frío, la sensación de un aislamiento de lo real, adentrándome en un abismo donde mi pulso se aceleraba cada vez más.
Los bastidores con nuestras imágenes,  fueron mudos testigos de tus manos cargadas de pintura multicolor, que descargabas en mi cuerpo magistralmente, mientras tu boca recorría mis playas bañadas de acuarelas, que tus dedos dibujaban espumas y olas bravías. Un mar de sensaciones tu cuerpo pegado a mi cuerpo, como una danza de cisnes  copulando, formábamos un arco iris luego de la gran tormenta.
Ciegos de ternura, amor y deseo pintamos con nuestras bocas la lujuria maravillosa del éxtasis, los dos fundidos cual cuadro único, con el sudor de nuestro ADN.
Repetimos una y otra vez, esa clase magistral de pintarnos con tu lengua y mi boca, tu piel y mi cuerpo entregado al maravilloso arte de tus deseos, tus dedos finos dieron por terminada la obra, mientras se desliza tu boca sobre mis pechos color rojo.
Mañana volveré a preguntarte ¿Quieres qué te pinte desnudo?  Sí, mañana seré yo, la que pregunte.
Te pintaré desnudo, bajo una luna cómplice de nuestra pasión, con el pincel de mi lengua…


Alicia M. Moreno
Derechos Reservados
17/09/2012

sábado, 15 de septiembre de 2012

"LOS JAZMINES"




Los jazmines

Sí, está ya, la primavera y se cubrió el jardín de jazmines y de pájaros en el bebedero. Sí, como todos los años, es infaltable este perfume aquí, donde estoy desayunando junto al ventanal, hoy me despertaron los trinos de los pájaros en la ventana del cuarto, apenas se estaba yendo la noche, fui a tomar un café y ese perfume trae recuerdos ya viejos, pero no ausentes, sí, es como si el tiempo no hubiese pasado, pero hoy son otras cosas quizás las que se plantan y me preguntan, la misma escena y distintos personajes, todo un aprendizaje la vida. Hoy también se enfrío el café, como en aquel primer poema: “Jazmines y Café”
No hay un cenicero con la colilla mordida, casi se borra la imagen tuya prendiéndolo,
el perfume de tu piel en mis manos se esfumó, como el sabor de los besos guardados en mi boca, no hubo contrato entre nosotros, el equivalente era perfecto o quizás aún lo es
y por eso esta soledad nos muerde el alma a los dos por igual, lejos y solos.
Hoy estoy leyendo mis libros, cuántas poesías, bueno son las cartas de amor que estarán guardadas entre estas páginas, que con el tiempo se volverán amarillentas, como las hojas de otoño, que arrastra el viento, quién sabe hasta donde las lleve y serán olvido.
Me estoy riendo con un libro, “Corazón de Poeta” recordando una estupidez muy grande, claro hay razón, se hace contrato para todo, una casa, un prematrimonial por el dinero, en un divorcio, a ver con quién estará más con los hijos y quién se lleva una o otra cosa, claro recordé esto, porque yo me río de los contratos. Alguien me llamó “cabrita loca” y sí, mi madre y mi padre tenían un contrato, un divorcio y dos adolescentes mi hermano de 13 años y yo de 15, ya a esa edad, entre abogados y tribunales, retirando documentos y ahí supe que un contrato es nada, basura, estupidez; dos personas mayores, eran niños en una lucha desigual, esa noche los liberé del contrato sobre mi persona y, me fui. Creo que fue mi primer acierto, soy una cabrita dura, pero con palabra de honor. ¡Uf! no necesito contratos, una cosa se mezcla con otra cuando uno se mete dentro del alma y son películas que pasan delante de mí.
Segundo contrato, un matrimonio, para toda la vida dijo la jueza del registro civil y realmente sonaba como una condena a muerte, como la compra de un animal que domésticamente complacería a un esposo ¿Con cuál derecho una persona tiene un contrato sobre uno? bueno creo que hice lo posible por una vida tranquila y llena de ternura, duró 16 años el contrato, compartiendo trabajos, hijos y una lucha de igual a igual, que aún separados continúa sin contrato, libre muy libre, con la condición del respeto; porque los hijos no son un contrato, son mi amor, mi vida y, padre es uno sólo
eso jamás se discutió.
Dios mío cuantas cosas se amontonan en pocos momentos, el cerebro es un receptor de toda una vida, sólo hay que buscar y ahí están. Sí, escribí un libro de poesías hermosas, llenas de ternura y amor, en respuesta a poesías que mi amigo me escribía, que ocurrencia de mi amigo, hacer un contrato de no enamorarnos, Cabrón sin remedio, un contrato a mí, justo a mí, jamás sabré sus sentimientos, pero sé los míos y eso es suficiente, escribir es hermoso cuando uno se enamora de verdad, de lo contrario no sería real lo que escribo y no sería yo, creo que un día escribiré una poesía con mi propia sangre y sé que lo haré. Bueno mi amigo por pocos días rompió el contrato, pero quedó en la nada, yo feliz con nuestro libro, está lleno de horas bonitas y palabras sinceras al menos de mi parte, algo más para guardar.
La vida la recorro con sus riesgos, creo que es la única manera de vivir, sin miedos y sin mentiras, eso nos hace libres y puros de alma.
Las tristezas las voy guardando en una mochila, tampoco hay que descartarlas, porque de ellas aprendí a reconocer las alegrías, es imposible desviar los caminos asignados para nosotros, seguramente eso es lo que me ayudó a encontrar la paz y entender a los demás, que no es fácil pero yo siempre lo consigo.
Uy, es casi media mañana ya, voy a tomar otro café y estoy nerviosa, acabo de terminar un libro, “Argentina - México, Trovas de Amor”, con un escritor mexicano. Creo que nada detiene mi pluma, hay muchos que quieren escribir conmigo, no sé porque será, ayer le dije a un amigo mexicano, escribiremos pero con un contrato, yo misma no podía creer lo que le decía, un contrato ¡Por favor que estupidez la mía! fue una broma, quería saber su respuesta y que maravilla, saben lo que contestó: no puedo escribir si no siento algo por ti. Los dos pensamos igual o casualidad, quizás es momentáneo, un sentimiento que al pasar los días es muy lindo, una amistad plena, cómplice de las horas de soledad.
Hoy con el perfume de los jazmines y un café frío en mi mesa, decidí un viaje y la vida me lleva a otro rumbo, México me espera con los brazos abiertos y voy hacia él, a presentar mi libro, escribir es lo que anida en mi alma, no sé si bien o mal, sólo escribo con las vísceras y amor verdadero, lo demás ya cicatrizará con el tiempo, estoy segura.
También hoy comprobé algo muy importante, nada me ata y no soy mujer de contratos, si te digo “te amo”, será una verdad, si te digo “ya no te amo”, será una verdad, mi libertad nació conmigo y morirá conmigo.
Ah, el amor, quizás algún día lo encuentre, o tal vez nunca, será el destino quizás.

Alicia M. Moreno
1409/2012
Derechos Reservados





miércoles, 29 de agosto de 2012

"CERCA DE LA PRIMAVERA"




Cerca de la primavera.(historia real)

Un otoño frío y húmedo de lluvias, el llanto del cielo parecía, en un jazmín, enredadera de mi patio, un capullo perfumado se muestra entre las gotas de lluvia, quizás para inspirar mi alma que se encuentra agobiada por este invierno tan largo y no presiente que está al llegar la primavera, aquí dejé el teclado y salí a caminar por la calle.

Podía haber borrado lo que tengo escrito hasta aquí, pero no. Afuera por fin alumbraba el sol, después de los largos días de lluvia. En una calle aún empapada y fría, un montón de cartón y un colchón viejo y sucio, estaba sentado un indigente, arropado con ropas húmedas quizás, creo que pasaba ahí sus noches, realmente más me detuve en su cara con una barba muy larga canosa, se detuvo mi mirada en sus manos una carpeta muy limpia hojas blancas, donde escribía muy concentrado como si el mundo no existiera, sus trazos ligeros y firmes seguían los renglones.
Miraba el cielo, el sol, los pájaros, que ya vuelven  a sus nidos, buscando  la primavera, escribiendo poemas y poesías, eso hacía; era un poeta, un poeta que descubría la maravillosa  primavera.
Sus ojos se llenaban de sol y su inspiración llegaba llena de colores y perfumadas flores, llenaba su alma con el trinar de los pájaros. Y yo lo miraba sin decir palabra, hasta que mis ojos se llenaron de lluvia y a través de mis lágrimas vi el arco iris, en sus dedos finos, escribiendo versos con su lapicero, que copiaba el sentir de su corazón, que seguramente latía con fuerzas, ya que la lluvia se había esfumado, en un cielo celeste
y le regalaba toda esta primavera al poeta.
No sé su nombre, pero yo lo llamaré, el gran poeta, el que vio la primavera antes que yo.

Alicia M. Moreno
19/08/2012
Derechos Reservados

Soy una mujer, que sale a caminar y voy buscando a veces sin querer,
encuentro las cosas sencillas, pero todo lo que nos rodea es una historia
para mí, el mendigo, el niño triste, no puedo ser indiferente al dolor..
en este caso, tuve una gran lección, no sé que  pensaría él de mí, quizás
ni me vio es lo más probable…pero lo importante es que yo, sí, lo vi a él…

Alicia  M. Moreno


viernes, 15 de junio de 2012

"FELIZ CUMPLEAÑOS" Ángel Salas




16/06/2012

Feliz cumpleaños Ángel Salas
deseo lo mejor del mundo para vos,
te quiero, te abrazo, te beso….

Alicia Moreno 


jueves, 14 de junio de 2012

"POEMA DE UN AMIGO" COMER EN MI MESA COMPARTIR MI CASA



”Las Vecinas del Puerto de San Miguel”

Mi barco poético navega por el reloj de los tiempos
buscando donde dejar que el ancla encuentre el lugar
donde reposen los sueños metafóricos de mis historias

Mis redes de rimas recogieron el mensaje
de las mujeres del puerto de San Miguel
que con su canto de sirenas
trajeron a mi otoño que comienza
la brisa de sus melodías haciendo henchir mis velas
hacia su continente de olores y colores familiares

Una manera de acortar la distancia de mi búsqueda de historias
entre la edad nueva y el pueblo, con su gente
no sea cosa que la conspiración de Acuario
tuerza el camino de la estela, huella de mi barco
y me deje en la isla de los náufragos
donde vería pasar los soles y las estrellas
esperando que la luna nueva me traiga el azar
de ser rescatado de mi naufragio.

No es para desperdiciar la invitación
para que mis pies pisen tierra por un rato
dejar este mar por un instante es dejar
de andar buscando donde dejar los huesos
que viven corriendo al arco iris después de la tempestad.

Vecinas de mis locuras compartidas: son la respuesta
de la brújula que busca el norte
les anuncio mi llegada en nubes de poemas
llevadas por el viento del sur
para que amasen el tiempo de la espera
en la masa que será el pan de la amistad
comulgado bajo un bello sol de domingo.



El mantel tendido, impecable, pulcro, perfumado
en la mesa de sus historias
y el brindis del puro vino
Soltando risas sin maquillajes
Como pajaritas de papel que revolotean
Sobre una torta de manzana
que cocino la Mónica para degustar
en el café del encuentro.

Estaremos el instante justo y necesario
que a través de la poesía me reencontró con ellas
con la esperanza de que mis sueños
quedaran en aquel cielo vecino
donde apoyamos la serenidad de los olores
de tiempos que nunca dejan de pasar

Las gotitas de mi ternura
fueron al repasador
que guardara la humedad de las miradas
en las mujeres vecinas del puerto de San Miguel

........Para Alicia, Cristina y Yésica, las mujeres del puerto de San Miguel

Ricardo Pablo Franco 25/03/2009

“Domingo Especial” respuesta a mi amigo..

Fue un placer
preparar la comida
sencilla, campestre
para esperar a mis amigos.
El Domingo fue especial
aparte de mostrar mi alma
en las poesías que escribo
pudieron conocer como soy,
en mi humilde casa, de artesana.
Delirante y anfitriona
mostré esa intimidad
de las horas desiertas.
Les ofrecí mi familia,
y les digo que los quiero.
Que esta amistad perdure
a nuestra edad,
están todas las cartas echadas.
somos tal como somos
y recorremos el mundo, como tal.
Brindo por esta amistad
que nació el día que leí tu poema
No es casual, es causalidad.

Para Mónica (la dulce) y Ricardo Pablo (el negro)

                  Alicia Moreno



" LA COMIDA" (Consigna) Antología




La comida (Consigna)

La comida, sagrado recuerdo, amamantarse del pecho de nuestra madre, mirándole los ojos y aferrándonos a su mano, un recuerdo que se hará costumbre y amor en el tiempo, crecemos viendo y sintiendo el aroma de las comidas preparadas por ella, seguramente a ti te pasará igual ¿Verdad?.La sopa, que muchas veces no queríamos tomar y hoy  extrañamos ese sabor único, el café con leche y las tostadas con manteca al regreso de la escuela.
Hoy mis hijos y mis nietos, también tienen por sagrada la comida, que yo hago con el mismo amor con el que acaricio sus rostros, el mismo amor con el que escribo.
El aroma al pan casero recién amasado, el aroma de las comidas esperándolos cuando niños y aún hoy se les hace una fiesta, comer en mi mesa.
De la misma manera espero a mis amigos, con la comida hecha por mis manos, hasta tengo un poema, de un amigo que compartió mi mesa y mi comida.
Amar a mis hijos y a los amigos es agasajarlos con un sagrado alimento
Cuando yo ya no esté, me recordarán por muchas cosas pero en cada fotografía de cada fiesta, cumpleaños con las tortas que son famosas y gigantes, especial para cada uno, sentirán mi presencia y los recuerdos tendrán un aroma especial, no hay aromas más bellos que los de una comida compartida, que nos llevará al recuerdo de esas manos que las elaboraban, únicas para nosotros.


Alicia M. Moreno
14/06/2012
Derechos Reservados

lunes, 23 de abril de 2012

"AMISTAD Y POESÍA"






Domingo en casa con el escritor;
David Varela; de la localidad Zárate
Pasamos un hermoso día en familia,
Leyendo poesías, por la tarde…
Cultivando una linda amistad.
gracias por tu visita amigo.

Alicia Moreno
22/04/2012



viernes, 20 de abril de 2012




Un recuerdo infantil   (consigna antología) SADE

Recuerdos de una canción en mi niñez, sí, justamente esa, Farolera, la niñez tan lejana en el tiempo y tan cerca del alma, lo que eran risas compartidas en la vereda de mi casa, entre luces del atardecer; los ojitos brillantes como chispas de felicidad, cada uno tenía su propio mundo su propia historia, mi hermano sentadito cantaba haciendo coro, los  más grandes saltábamos la soga, era uno, quizás el primer gran obstáculo, que nos proponíamos saltar en la vida, sin saber que serían tantos los que seguirían en cada camino, que las cuentas no serían tan fácil, dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho y ocho dieciséis, que difícil fue sumar mientras crecía,  yo sumaba y la vida restaba, dejando mi corazón cada vez con más dolor.
Donde estarán esas voces, esos ojitos con chispas, no los encuentro, busco en los entre luces de los atardeceres, esa niñez, los ojos de mi hermano en una estrella, su voz en el viento haciendo coro, sólo encuentro un horizonte esperando por mí.
¿Estarán ahí cantando? Farolera tropezó y en la calle se cayó y al pasar por un cuartel..nadie contesta, sólo el silencio y los recuerdos que son cada vez más lejanos y cada vez más tristes….

Alicia M. Moreno
Derechos Reservados
20/04/2012

lunes, 16 de abril de 2012

"EL PARAÍSO" DIME QUÉ SÍ..?





“El Paraíso.”

Otra vez el paraíso, un cielo celeste con sol dorado, con noches de estrellas y lunas plateadas, el árbol de la vida con frutos frescos para la boca sedienta de deseos; mullida alfombra de hierbas perfumadas, húmedas de rocío y tu bello cuerpo desnudo sobre ella. Un ave se detiene a mirar tu belleza, está todo dispuesto para comulgar en la lujuria de los instintos, se detienen mis ojos, solo unos maderos nos separan, unos maderos simples como los de la cruz. Y sentí mi corazón latir muy fuerte, demasiada belleza, de pronto, mensajera de amor la paloma blanca como debiera ser el alma, era la fe ante mis ojos, esta vez reconocí el paraíso y volví sobre los pasos de la fe.
¿Era un  espejismo? ¿Era el paraíso? Quizás, quizás.
 Dame tu mano…¿Estás ahí?

Alicia M. Moreno
14/04/2012

martes, 10 de abril de 2012

"CARTAS DE AMOR"




Cartas de amor

La tarde trajo consigo una tormenta, el atardecer gris
olía al otoño, que ya se anuncia con la lluvia cristalina,
el amor envejecido se trepa al árbol, llorando en cada hoja
que veo caer amarillenta, mis ojos cansados te buscaron,
en cada primavera, busqué tu voz en el trinar de los pájaros,
mordí mis labios, para no gritar tu nombre.
¡Ay¡ mi boca sedienta de tus besos y tú, que será de ti amor.
Me he acostumbrado a quererte desde lejos, sin verte, sin acariciarte,sólo imaginándote, desnudándote en silencio, trayendo a la mente  los besos que te doy serenamente, recorriéndote por entero.
No creas que olvidé nuestras tardes, riendo como niños 
inocentes,cuando nuestro amor era una verde pradera.
Mi mano te busca en la oscura sombra, pero ya no está tu mano sigo sola en la espera, con una libertad que me quema las entrañas.
Escribí tantas cartas, pero están aquí, no las mandaré, soñaré que me extrañas y así seré feliz…
Qjalá  comprendas cuando alguna vez las leas…

Con todo el amor de mi corazónTuya..
   
ALICIA M. Moreno
Derechos Reservados
Sin tiempos…




sábado, 24 de marzo de 2012

"DESPEDIDA Y HASTA PRONTO"


Despedida de Ángel Salas,
últimas horas en casa..









Aeropuerto Internacional de Ezeiza
BS Aires Argentina …






Despedida con lágrimas
Y un hasta pronto…





Hemos pasado unos días maravillosos,
los quise compartir con ustedes amigos…
Les dejo un abrazo y mi beso..

domingo, 4 de marzo de 2012

"AMAR ES COMPARTIR"(Cuento)

Día sombrío, llovizna, levanto la solapa de mi sobretodo gris; no sé donde ir. Esta desolación me desubica, no encuentro un camino.
Comienzo a caminar a cualquier lugar, mis pasos lentos, pesados; miro el cielo, la llovizna me moja, la gran ciudad ruge en eterno movimiento y yo regreso en mis recuerdos... cuando niño.
Voy a cumplir veinte años, pero parecen tantos. Me detengo en la plaza silenciosa, no hay niños y el recuerdo golpea mi frente.
Una calesita, mi padre sonriéndome, sus ojos atentos  no se despegaban de mí. Los días que íbamos de pesca, a la cancha y jugábamos a la pelota en el parque  de la casa de los abuelos. Los abuelos, cuidándome como la joya más preciada del hogar.
Y crecí. ¿Por qué? ... ¿Por qué?. Cambié sus paseos  por la computadora, su compañía por la de mis amigos, las noches de los sábados   con los abuelos por el boliche de onda, noches de parranda y juegos de video; tecnología moderna.
Muchas veces me enojó verlos levantados, esperándome en las madrugadas. ¡No soy un chico!, me pesaban sus cuidados, sus consejos.
Cuánto hacía que no compartía el almuerzo, ¡claro yo veía la televisión! Y vos me hablabas de tus cosas que yo no escuchaba; me prevenías de la droga y que sé yo cuantas cosas más.
Y me fui de casa a vivir solo. ¡Oh! Libertad... departamento de soltero; sin papás. Creí que estaba realizado al fin, ¿pero sabés?, cuando después de un tiempo me senté a almorzar  extrañé tu compañía, prendí el televisor y me pareció un horror, cuántas cosas terribles que pasaban. Lo apagué... no comí; tiré el plato descartable y extrañé el plato de porcelana que mamá tanto cuida. Me fui a la computadora, apreté cien veces el teclado y siempre se repetía: Mamá, Papá, Compartir. Subconsciente peleando con la razón.
Ya nadie decía “Limpiá la afeitadora, ¿tenés frío hijo?, ¿Querés café o chocolate? Mientras estudiaba”.  Y el abrazo al llegar a casa en las madrugadas, eran miedos a que alguien o algo pudiese hacerme daño, era amor.
Mi madre tratándome como un niño, mi padre pasándome dinero por si no llegaba a fin de mes, el mejor regalo en el árbol de Navidad armado con el amor más grande del mundo; era para mí.
Y yo sin darme cuenta los dejé solos, vacíos, con lágrimas en esos ojos tiernos de padres que todo dieron.
Una frase al despedirme, ahora me recorre el cuerpo como un escalofrío, “Hijo, ten cuidado, te amamos tanto”.
El relámpago y un trueno hizo que regresara del recuerdo y estaba empapado por la lluvia y el rostro por las lágrimas.
Miré la casa y no dudé, corrí, abrí la puerta;  allí estaba mi madre acurrucada en el sillón del living; la besé... la besé. “Hijo te vas a enfermar. ¿De dónde vienes?”.
Y papá, pregunté.
Está en tu cuarto, tu sabes, no te preocupes hijo, ya se le pasará, está un poco triste.
¡No mamá... no! y corrí.
Se sorprendió al verme. “Pero hijo, estás empapado, sácate el sobretodo, te enfermarás ¿Qué harás tu solo en ese departamento?. ¡Por Dios!.
Alcé a mi padre en mis brazos como si fuera un niño y lo apreté fuerte. Él rompió en llanto,
aún tenía  en sus manos aquella fotografía que nos sacamos juntos cuando yo era niño.
Y me saqué el sobretodo que mi madre secaría de inmediato, mientras me servía un café caliente con alfajores de chocolate.
De repente los vi parados frente a mí, en silencio, sus ojos me miraban, sé que tenían mil preguntas. Los miré, rodaban dos lagrimones por mi rostro,  solo pude decirles: ¡Gracias!...¡Gracias! ; por todo este amor de tantos años.
Al otro día volví a traer mis cosas; pero la televisión está en el living, converso con mis padres a la hora del almuerzo y disfruto del plato de porcelana de mi madre. El domingo invité a mis amigos a la casa de los abuelos y jugamos a la pelota en el parque, mi padre hizo un asado y cuando salgo de noche mi madre me acompaña hasta la vereda y mientras   me da un beso; “Ten cuidado hijo, dejaré la luz encendida, háblame cuando regreses”. Caminé unos pasos, me di vuelta y corrí a abrazarla; “Dímelo otra vez madre, nunca dejes de repetírmelo” y reímos juntos.
Solo hay un amor infinito que nada lo separa de nuestro corazón, para mí el de mis padres. Ya llegará el día de separarnos, pero seguiremos compartiendo mi felicidad, mis hijos, tal vez... mi vida.

Azul 
Alicia M. Moreno
Derechos Reservados 
                                                                                                       


Compartir tu vida con los seres que te aman
Obsequiar horas de tus días en escuchar a tus padres
Madre no encontrarás jamás en  nadie
Padre que te comprenda y te guié, disfrútalo.
Amor te dan a raudales, recíbelo, valorízalo.
Risas disfruta junto a tu familia y amigos.
Tiempos de amor, compártelos.
Ilusión que podrás transmitir a tus hijos
Recuerdos que les contarás de ti y los abuelos.

Azul
Alicia M. Moreno 
Derechos Reservados




sábado, 3 de marzo de 2012

"LA CAJA DE LA ABUELA"( Cuento)






Los invitados se divertían, risas, brindis, familiares y amigos compartían ese día. Nunca había sentido tanta emoción en mi vida.
Entrando a la iglesia con mi traje de novia, tomada del brazo de mi padre, recorrí el pasillo hasta el altar, temblorosa. No pude evitar las lágrimas. Un sueño que se cumplía.
También me separaría de mis dos hermanos varones, de mi madre, de papá y también de la abuela.
Estaba de pie junto a mi padre, esperándome en el altar. Recordé cuando salía de la escuela y corría a estrecharme en sus brazos.
Cuando bailé el vals con mi  padre, mi vestido blanco me envolvió en mis recuerdos, las notas del vals me embriagaron con una emoción que me dolía el pecho.
La niñez con mis hermanos, mi madre, en su ir y venir por la casa, lavando, planchando y cocinando. Parecía que nunca se cansaba.
A mi padre, regresando del trabajo cansado, pero cariñoso con todos nosotros.
Y el jardín, los rosales de la abuela. Nos pasábamos horas cuidando las plantas. La abuela me enseñó a cultivar cada flor y cuidarlas para lucir un hermoso jardín; mientras me contaba de su tierra, del jardín de su casa en Italia. Su casa enclavada allí en una colina, lucía mil colores diferentes. Las flores que su madre cuidaba con el mismo amor que ella aprendió a darles. Le hablaba a las plantas como se le habla a los niños, como me acunaba a mí a la hora de la siesta, contándome su niñez en Italia.
Siempre tuve curiosidad por su cuarto, lucía radiante. La cama con la colcha blanca ¡tejida por sus manos!, grandes almohadones decoraban su cama y sillón, la cortina larga hasta el piso, retomada con moños de raso blanco, todo hecho por sus manos. En una canasta, jaboncitos perfumados.
Cuando yo entraba en su habitación era como estar en el paraíso, junto a la ventana estaba  su sillón y junto a él una pequeña mesita con una caja celosamente cerrada. Allí solía sentarse y pasar horas mirando el jardín. Muchas veces entré  de puntillas de pie y me quedaba escuchando su silencio.
Cepillándole el cabello, una mañana le pregunté, ¿Qué guardaba en esa caja?, ¿Por qué era lo único que no me mostró en tantos años?. Siempre me contestaba con evasivas y alguna vez me dijo, “Es el tesoro que guardo a través de los años y son muchos, hija mía”.
Aquel día le llevé un enorme ramo de rosas blancas, entré en su cuarto, estaba allí sentada en su viejo sillón. Coloqué las rosas en su regazo, me arrodillé a su lado y tomando sus  manos traté de explicarle... una vez que me hubiese casado tendríamos que irnos a Italia, mi esposo y yo, por razones de trabajo, intentar algo mejor, serían dos o tres años nada más. Me tomó el rostro entre sus manos arrugadas y con los ojos llenos de lágrimas me besó muchas veces, no me respondió nada. Un silencio nos unió a las dos en un largo abrazo.
La voz de mi hermano mayor me volvió a la fiesta otra vez, recordándome que ya era hora de despedir a los novios.
Repartí souveniles, eran pequeños angelitos del amor con asares en sus manitos. Fui a cambiarme y salimos corriendo.
Nuestro vuelo salía a las nueve de la mañana, llegamos apresurados al aeropuerto, pero allí estaban esperándonos nuestros padres, hermanos, y la abuela, que no dejaba de recordarme “Escriban, mándame fotos, llamá por teléfono”.
En el último minuto de nuestra despedida, la abuela me entregó un paquete cuidadosamente envuelto.
“Hija mía, quiero que te lleves esto, ya que siempre fue tu deseo abrirla, ábrela cuando llegues y guárdala tú, sé que le darás el mismo valor que yo”.
Cuando despegó el avión, sentí que gran parte de mi vida, de mi alma, se quedaba con ellos y lloré, lloré mucho.
El viaje fue placentero pero cansador,  mi esposo y yo tuvimos una mezcla de felicidad agridulce. Los dos estábamos sufriendo al dejar nuestra tierra, nuestros amores, los amigos, por más que fuera por pocos años.
¡Vendremos de vacaciones!, dijimos a dúo y entre lágrimas y sonrisas, tuvimos que fortalecernos uno a otro, pero muestro corazón estaba quebrado.
Cuando llegamos, fuimos a la empresa donde habían destinado a mi esposo. Ellos nos llevaron a un barrio donde nos darían una pequeña casa para instalarnos. Era una casa típica Italiana, con una chimenea y una ventana que daba a la playa. Después de acomodar nuestro equipaje y descansar todo el día, mi esposo se presentó en la empresa por la mañana.
Yo abrí el ventanal, de allí podía ver el mar. ¡El mar de la abuela!. Y recordé, recordé ¡La caja!. La tomé en mis manos y no sé por qué, pero demoré en abrirla. Tantos años de secreto, de imaginarme una y otra cosa; joyas, cartas. ¡Oh Díos!. ¿Por qué temblaba tanto?.
Me senté en la alfombra junto a la chimenea, los leños ardían, sentí tanto frío; pero decidí abrirla al fin.
Levanté la tapa y me encontré con una extensa carta recientemente escrita por la abuela...
“Hija: Este es mi tesoro, hoy está en tus manos, espero que me comprendas y no te defraude”.
Unos recortes de amarillentos diarios con titulares horrendos de la guerra, “Alemania aliada a Italia”, “ Italia fue bombardeada y tomada”.
 “Bombardearon mi pueblo, destruyeron mi casa, mi madre quedó bajo los escombros, mis cinco hermanos y mi padre, no los encontré nunca.
El trozo de tela, supo ser del vestido de novia de mi madre que sacaron quemado junto a algunas cosas que no servían para nada, yo tomé un trozo de él y recuerdo que me llevaron a un lugar donde había muchos niños.
¡El frasco de agua y arena!, es el mar, el mar que solía recorrer descalza bajo el sol, cuando todo ya era quietud y paz.
¡Las flores secas!, rosas y margaritas, son algunas que corté antes de embarcarme para la Argentina; un matrimonio italiano pudo traerme, yo solo tenía quince años.
Cuando el barco partió, sentí que mi corazón quedaba para siempre allí, ya no tenía más lágrimas para llorar a mis amores, mi sangre; la de mis padres y mis hermanos habían regado mi tierra tan querida para mí.
¡Los botones!, son del saco que yo tenía puesto ese día terrible, lo había tejido mi madre y los guardé junto a un pequeño ovillo de lana que me recuerda a las manos de mi madre.
¡Las cartas!, son de tu abuelo, léelas son las cartas de amor más dulces que alguien pudiera escribir. Eso pudo aliviar el dolor de mi corazón; lo conocí aquí en Argentina y fue mi único amor.
¡Los azahares!, son de mi ramo de novia.
 ¡Los escarpines!, son de tu madre, al nacer ella, mi corazón volvió a latir y volví a tener esperanzas.
¡Los rulos!, los primeros rulos rubios de tu madre.
¡La fotografía!, una foto de tu abuelo y yo en el jardín donde escribió una frase antes de morir: “Nunca te dejaré, estaré en cada rosa que tus manos acaricien”. Por eso mi jardín tiene rosas de todos colores.
¡Ah, el babero!, es tu primer babero.
¡La cajita!, es donde guardo las joyas más queridas, tus primeros pequeños dientecitos.
¡Un sobre!, con tus primeros escritos, “Abuela te quiero”.
¡La flor!, es la que lucías en el pelo cuando cumpliste quince años. Tu primer zapatito, un pedazo de oso que tenías para dormir cuando pequeña.
¡La rosa blanca!, una de las que me trajiste el día que me dijiste que partirías.
¡Los azahares!, de tu ramo de novia y supongo que tendrás en tus manos el pequeño ángel del amor con azahares en sus manos.
Me perdonas mi amor, eran solo cosas de vieja, que atesora las cosas más amadas de sus recuerdos; que llevaré en mi corazón y en lo más profundo de mi alma.
Sólo te pido, mira el cielo italiano, las estrellas, toma la tierra entre tus manos; hazlo por mí, hija de mi vida y me estarás acariciando.
Hasta pronto, la abuela.”
Sí, lloré. Lloré abrazada a la caja, al tesoro tan preciado de la abuela.
Cuando volvió mi esposo le mostré la carta y le di la caja. Luego en silencio, tomó uno por uno los objetos allí guardados, las lágrimas rodaban por su rostro sin cesar.
Al cabo de un rato, de profundo silencio, se levantó, se encaminó hacía la puerta y se marchó. Yo me quedé acongojada, desolada. Miré el mar a través de la ventana, eso era lo que veía la abuela a través de su ventana, en silencio y tan triste...
Al rato regresó mi esposo riendo, me levantó en sus brazos, me besó y me regaló dos pasajes de avión para Argentina. Las lágrimas no me dejaban ver ni preguntar, él me abrazó y solo dijo, “Nunca debimos alejarnos de nuestros amores, allí es donde está el futuro, junto a ellos; que importancia tiene un poco más de dinero, ganaremos en disfrutar nuestros afectos cerca de los nuestros. ¿Qué me contestas?”.
Lo abracé fuerte, “Es el mejor regalo que puedas hacerme para nuestro casamiento, tres años pueden ser mucho tiempo para estar lejos de los que amamos”.
Y volvimos en secreto. Llegamos el domingo, cerca del mediodía. La casa olía a estofado de mamá, la abuela amasaba ñoquís, papá leía el diario en el jardín, recostado en su reposera; y los abracé fuerte a todos y mi corazón volvió a latir, ya no estaba quebrado, mi tierra, mis seres queridos estaban aquí, junto a mí.
Y no en una pequeña caja de recuerdos, porque la caja es mi corazón.



Azul. 
                                                                                                                             
Alicia M. Moreno                                                                                                      

                                                                                                                                                  

viernes, 20 de enero de 2012

"SECRETOS DE LA COCINA"




“Secretos de la Cocina”.
A buen lugar has venido
buscando mis secretos.
Aquí comparten mis días
con magistrales recetas,
la blanca harina y manteca
para hacer galletas.
Los huevos para croquetas
y tortillas a la española,
pimienta en grano y molida
en escabeches sabrosos.
Orégano, tomillo y comino
salvia, ajo y albahaca,
menta, canela y romero.
Hay que sacarse el sombrero
Ante el plato principal.
Zapallo, higos, frutillas
dulces frescos y caseros.
Pan que amasé con esmero,
recetas de madres y abuelas
que guardo con amor.
Pimentón, clavo de olor
laurel y queso rayado
en tallarines y sopa de ajo.
Nueces y pasas de uvas,
vainilla y todas las esencias
para tortas y pasteles.
Mi mesa con sus manteles
que parece de fiesta
para todos servidas
desayunos y comidas.
El mate de la mañana
es ritual permanente,
compartido con amigos
hermanando la amistad.
Y el café cortado con crema
son aromas de mi cocina.
Suelo quedar por las noches
Escribiendo mis poesías.
A buen lugar has venido
buscando mis secretos
en aromas repartidos,
por mas que yo no estuviese.  
Ya sabrás como los he amado
pues mucho de mi ha quedado
entre los aromas de mi cocina.                                                        


Alicia M. Moreno 2008
Derechos Reservados