martes, 21 de enero de 2014

Simplemente una mujer...



Simplemente una mujer

Pues nada es nuevo, ni nada pasa que ya no haya pasado, los más amados fueron pecadores y volaron por el cielo.
Encontrar la palabra para volar y rozar las almas, es casi  como rozar el cielo, así se siente cuando escribo al amor, el amor como único verbo , el que nace dentro nuestro,  en el mismo momento que somos engendrados en el útero,
lo primero que toma forma cuando el espermatozoide perfora el óvulo y con el disfrute de un ganador de su carrera.
Se forma una pequeña cabeza y el corazón.
Esa cabeza llevará el pensamiento, pero el corazón será el motor, que guíe el alma. los habrá de todos sentimientos, no creo que alguien sea  ni malo ni bueno.
Cuando leo a los grandes maestros de la poesía, sé que cada uno de ellos
se gestó de esa manera, la magia de  la vida y los sentimientos tan profundos, que a  muchos los llevó a la muerte, incomprendidos y juzgados, por los que no soportaron  esa valentía de expresar con las palabras y ser amados por tantos..
Hay un amor sublime, el de los versos, cada poesía tiene un mundo regalado al que las lee, al que las siente y se llena de gozo, adentrándose en el alma del que escribe con el alma.
Quien puede entender que yo ame a Lorca y me arrase de llanto  cuando lo leo o recito, es porque amo el amor de Lorca, ese amor que dejó debajo y por encima de cada palabra.
Amo a Alfonsina, o  el amor que vibra en sus poemas, escritos con la verdad
de su vida, sufro su dolor y su angustia.
Y así tantos que dejan el amor anidando en mi alma, aparte de mi propia vida, Que es el mejor libro de mi biblioteca (la vida) un aprendizaje duro pero sin desperdicio.
Todo lo que escribo está lleno de amor, amor verdadero, sublime, así fui siempre, algunos lo entienden otros no, eso es muy normal, no se puede complacer a todos.
Soy simplemente una mujer solitaria, escribiendo su vida en cada escrito antes de morir, eso sí, no moriré ahogada con las palabras que no dije …no, jamás.
Ya me tocara estar en el silencio y ni ahí, pues tendrán que echar mis cenizas al mar, ese es mi legado, ser agua y sal, bajo un cielo de algodón, donde cantan las sirenas y pasan aleteando las golondrinas y las gaviotas, dormiré en el espejo de la luna ahí mi alma jamás estará en silencio...

Alicia M. Moreno.
Derechos Reservados


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